El humo del tabaco es una mezcla extremadamente compleja de al menos 4.000 elementos conocidos que se hallan en el tabaco o se crean cuando se quema un producto de tabaco.
El alquitrán no está presente en el tabaco, pero se produce cuando este se quema. Se define como la fracción de humo que se acumula en la almohadilla del filtro en un laboratorio en condiciones específicas.
La nicotina es una sustancia que se produce naturalmente en la planta del tabaco y se convierte en un elemento del humo del tabaco. Se puede encontrar en otras plantas, si bien a niveles muy inferiores a los del tabaco.
El monóxido de carbono es un gas que se forma por la quema incompleta de material orgánico.
Se usa una máquina de laboratorio para que “fume” una cantidad determinada de cigarrillos mediante un método estándar reconocido internacionalmente. El humo de los cigarrillos contiene muchas partículas diminutas y gases que se acumulan en la almohadilla de un filtro especial, mientras que los gases atraviesan la almohadilla para permitir la medición del monóxido de carbono. Es entonces cuando se miden los residuos de partículas en la almohadilla, incluyendo nicotina y agua. La nicotina y el agua se extraen y se miden por separado. El contenido de alquitrán para que conste en la cajetilla de cigarrillos se calcula restando las cantidades de nicotina y agua de las originalmente acumuladas en la almohadilla del filtro.
Durante el proceso de producción se pueden añadir algunos ingredientes a los productos de tabaco por diversas razones. En algunas marcas se suelen añadir esencias y otros ingredientes alimentarios típicos para contribuir a su sabor o aroma distintivo particular. Pero, en ningún caso, añadimos a nuestros productos nada que haga más difícil dejar de fumar, ni que resulte más atractivos para los menores.